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El desquiciamiento de Esther Mejía

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Después de la exhibida que los vecinos del fraccionamiento Campestre Juárez le dieron a la sindica Esther Mejía, por haberles dado el acceso a los 9 grillos encabezados por Perla de la Rosa para que se manifestaran ruidosamente frente a la residencia del alcalde Cruz Pérez Cuéllar, la funcionaria sigue negando cínicamente su responsabilidad en los hechos.

Al tomar la decisión de suspenderle las claves de acceso al fraccionamiento, como sanción por haber violado el reglamento vecinal, el comité de vecinos del Campestre Juárez tenía plena confirmación de que Esther Mejía había autorizado con sus códigos la entrada de los escandalosos, violando con ello la privacidad de sus habitantes.

Más allá de las mentiras que ahora diga para negar su participación en la protesta, la síndica violó también las normas de seguridad en perjuicio de todas las familias residentes del Campestre, y se convirtió en cómplice de un zafarrancho, que requirió la presencia de la policía municipal para detener y sacar del fraccionamiento a los manifestantes.

Tras el desafortunado evento, quedó plenamente comprobado que la mano que ordenó y hasta pagó las manifestaciones del Campestre, y la que días antes las mismas personas realizaron en la presidencia municipal, fue la de Esther Mejía, no hay otra.

El grupito a su servicio, que al igual obedece consignas de Juan Carlos Loera, está conformado también por panistas que trabajaron en administración del nefasto Javier Corral, ahora morenista, en la coordinación de comunicación social, como los casos del caricaturista Félix Manuel Lazos y del escritor nacido en los Ángeles, California, Willivaldo Delgadillo.

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Ahora, tras la balconeada que le dieron los “fifís” del Campestre a la cortinera, quedó en evidencia que todos esos “intelectuales” disfrazados de activistas sociales forman parte de su proyecto político, que busca con olímpica enjundia la candidatura de Morena a la presidencia municipal de Juárez.

Al haberse metido a patrocinar la guerra sucia en contra del alcalde, que en el 2021 fue su principal promotor para que llegara a la sindicatura, Esther Mejía muestra ya síntomas del desquiciamiento por un proyecto político que le queda grande y que de solo pensarlo suena a broma de mal gusto, porque, realmente ¿cree que tiene alguna posibilidad de ser la primera alcaldesa de Juárez, cuando a su paso por la función pública solo ha hecho el ridículo?

Sería interesante investigar todos los gastos que está haciendo Esther del presupuesto de la sindicatura, para alcanzar su objetivo, y si el grupo que maneja Perla de la Rosa, forma parte de la nómina de la sindicatura o cobra por fuera por los servicios que le rentan a Esther, porque de una cosa hay que estar seguros, que no lo hacen de a gratis.

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