Esther Mejía, la nueva chapulina de piel naranja

Ridícula, por decir lo menos, se veía la síndica Esther Mejía calzando sus tenis “fosfos” naranja, al lado del parralense Francisco Sánchez, cuando éste último hizo pública su candidatura a la presidencia municipal de Juárez por Movimiento Ciudadano.

Es obvio pensar que la cortinera chapulineó de Morena al partido naranja, cuando le dijeron que no iba a ser la abanderada de la 4T para buscar la alcaldía de Juárez, como era su pretensión, pero resulta que otro de los factores determinantes fue, que los dueños del movimiento naranja le prometieron también la dirigencia municipal del este partido, a cambio de aceptar la candidatura.

Esther sabe que no tiene ninguna posibilidad de ganar la elección frente a Cruz Pérez Cuéllar, pues ni siquiera le hará sombra al candidato de Frente Amplio, Rogelio Loya, pero quiere tener una posición política en el futuro inmediato, que le permita tener presencia en la ciudad para evitar una persecución legal, así como para negociar posiciones y prebendas, como los puestos que actualmente ocupa su prolífica familia en el gobierno municipal de Juárez.

Hay que reconocer que, si algo hizo bien la señora costurera en su cargo como síndica, fue practicar el nepotismo a su máxima expresión, pues descaradamente les consiguió plazas y cargos importantes a familiares y amigos, con sueldos generosos.

Ahí están su sobrino Roberto Briones, director de protección civil, el hijo de éste con el cargo de bombero Bryan Briones Mota; su hermano Javier Mejía, así como sus sobrinos Efraín Mejía Baca, Dulce Anahí Mejía Ignacio, María Elena Mejía y Laura Ivette Terrazas Mejía.

Pero por si esto fuera poco, a esta lista súmele Usted estimado lector, que además tiene cobrando, perdón, trabajando, en la dirección de desarrollo social municipal, nada menos y nada más que a su esposo Javier Jorel Cardona.

Por toda esta nómina de su parentela, la síndica naranja ha violado sistemáticamente varias normas legales que prohíben y sancionan el nepotismo, comenzando por la Ley General de Responsabilidades Administrativas, que en su artículo 63 establece claramente que “cometerá nepotismo el servidor público que, valiéndose de las atribuciones o facultades de su empleo, cargo o comisión, directa o indirectamente, designe, nombre o intervenga para que se contrate como personal de confianza, de estructura, de base o por honorarios en el ente público en que ejerza sus funciones, a personas con las que tenga lazos de parentesco por consanguinidad hasta el cuarto grado, de afinidad hasta el segundo grado, o vínculo de matrimonio o concubinato”

Por ello, la fabricante de cortinas quiere a toda costa una “cobija” política que la ponga a salvo de cualquier procedimiento judicial en su contra, pero, sobre todo, que les permita a sus parientes seguir pegados a la ubre de la nómina municipal. Faltaba más.

Habrá que esperar que una vez que solicite licencia de su cargo de sindica para irse a la campaña por MC, se hagan efectivas las denuncias que por nepotismo ya habían presentado desde el 2022 varias organizaciones de la sociedad civil, que la bien tienen monitoreada desde que exhibió sus descaradas cualidades de política gandalla, al más puro estilo del PRIAN.