Con engaños me sacaron de EUA

Por: Sandra Dueñes Monárrez.

Chihuahua, Chih., a 12 de julio del 2024.- El sueño americano para muchas mujeres se ha convertido en la peor de las pesadillas, no solo al momento de viajar solas con la única compañía de sus hijos con una maleta cargada de esperanza de poder huir de la pobreza y la marginación que viven en sus lugares de origen.

Los países del norte de Centroamérica como Guatemala, Honduras y El Salvador conforman un epicentro de migraciones masivas que transitan por México para llegar a Estados Unidos. Estos flujos migratorios salen de sus países de origen como resultado de los altos niveles de pobreza, violencia y desigualdad económica y social en la región.

Yanila, una mujer guatemalteca de padres nicarahuenses quien en compañía de su hijo de tres años quien narró como a través de engaños el servicio de migración la hizo entregarse en el Puente Internacional de El Paso, Texas, bajo la promesa de “arreglarle su estatus migratorio” a sabiendas que ella ya tenía un permiso de trabajo por cinco años en los Estado Unidos.

La historia de Yamila nos muestra no solo el sacrificio de una madre y el dolor de tener que elegir en entregar a sus hijos al gobierno norteamericano o regresarse a la pesadilla en su paíse de origen donde el hambre y la necesidad son lo menos que pueden enfrentar en comparación con el acoso, la trata y la violencia que se vive por parte de grupos criminales.

Ver a Yamila con su niño comiendo unas papas fritas con refresco con sus ojos llorosos por haber tenido que regresarse sin sus dos hijas que dejó con su cuñada en Miami, la impotencia de haberse sentido engañada por las autoridades norteamericanas, nos muestra el rostro injusto de la migración que viven miles de mujeres y sus hijos en latinoamérica.

De acuerdo con la Encuesta sobre Migración de la Frontera Sur (Emif Sur) en el año 2017 se calcula que en promedio una quinta parte de los desplazamientos correspondieron a mujeres. Sin embargo, existen diferencias por nacionalidad: las mujeres representaron el 14% del flujo de Honduras, el 21.8% de Guatemala y el 28.4% de El Salvador.

Es así que nos damos una idea de la magnitud de la historia de Yamila, cuyo andar incio poco antes del 2021, cuando criminales comenzaron a acosar a Yamila y a su madre en su pequeño negocio de venta de perfumes en Guatemala, la violencia en su contra se incrementó a tal grado que intentaron asesinar al esposo de Yamila, quien al final termino por abandonarla junto con sus tres hijos, dos niñas y un niño de pocos meses de nacido.

Tras estos hechos, Yamila y su madre encompañía de los tres niños cruzaron la frontera entre México y Guatemala para llegar a los Estados Unidos, para entregarse en el Puente Internacional, pero por ser guatemalteca “nos echaron para atrás, al siguiente día decidí entregar en el río a mis niñas para que ellas si pudieran ingresar”.

“Con el dolor de mi alma entregue a mis niñas con la dirección de mi cuñada que vive en Miami, Florida, las entregue con sus documentos y con la dirección de mi familia, solo me quedé con mi niño que estaba tan pequeñito que tuve pesar de entregarlo, a las niñas las aceptaron”, narró Yamila.

Tras entregar a sus hijas, el Departamento de Migración las dejó bajo resguardo de un albergue para menores migrantes hasta concluir el trámite de asilo para finalmente entregarlas a la familia de Yamila en Miami.

“Como yo no podía cruzar por el puente internacional, mi familia me pagó un coyote junto con mi niño, el dinero que nos mandaron no alcanzó para mi mamá por lo que ella se regresó a Guatemala”, dijo.

“Estando allá meti los papeles para mi asilo, me dieron mi permiso de trabajo e incluso ya tenía para mi sustento, fue muy dificil llegar y empezar desde cero, desde buscar donde vivir, quien me cuidara a los niños, muchas cosas”, recordó Yamila.

Los motivos por los cuales las hijas de Yamila lograron quedarse en los Estados Unidos fue que su cuñada logró su residencia y con ello pudo hacer un trámite de acogimiento de las dos menores quienes se quedaron a su cargo hasta que Yamila pueda regresar junto con su hijo quien tambien fue deportado.

Yamila contó que la vida en los Estados Unidos es dificil y más cuando se trata de una mujer sola con tres hijos. Aunque su familia le apoyo por seis meses dandole un techo en donde dormir, conseguir un empleo fue toda una odisea, misma que quedó hecho polvo luego de que la trabajadora social la instó a entregarse en el Puente Internacional para “según arreglar su estatus migratorio”.

“Mi cuñada me dio seis meses de vivienda para luego desapartarme de ellos, el trabajador social le llevó el papeleo de las niñas, a mi cuñada ya le iba a llegar la residencia a mis hijas, por lo que le dio ella la residencia a mis hijas”, comentó Yamila.

“Me dijeron que al regresarme y entrar por el Puente, al hacerme mis papeles, el gobierno norteamericano me iba a pagar el vuelo de regreso a Miami, les dije que estaba bien porque nos iban a legalizar la entrada, pero cuando yo vengo al Paso, me subo en el puente y el trabajador social ya no me escribió, otra trabajadora me dijo dame un momento, a la 1 era la cita ya eran las 3 de la tarde e intuí que no me dejarían ingresar a los Estados Unidos”, narró.

Con engaños me sacaron del país por eso me hicieron venir hasta aquí, dejando a mis hijas en Miami y a la deriva con mi niño de tres años, sin dinero y sin un lugar a donde ir, por ese motivo, Yamile volverá a intentar cruzar a los Estados Unidos bajo el riesgo de incluso perder su vida, pues la otra mitad de su corazón se quedó en Miami con sus dos hijas que allá la esperan.

Dentro de las características generales de las mujeres procedentes de Centroamérica devueltas por las autoridades mexicanas en 2017 se destaca que el 63% contaba con 15 y 29 años de edad. Mientras que un 35.6% entre 30 y 64 años.

La edad promedio de este flujo de mujeres migrantes es de 29 años, un año mayor en comparación con la de los hombres. Respecto al nivel de escolaridad, el 19.9% tenía estudios de nivel medio o más y el 58.2% de las mujeres reportaron estar solteras, el 37.9% en unión conyugal y el 3.9% separadas.