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Amenaza de redadas deja desierto a corredor comercial de Chicago

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Bloomberg

Una calle de Little Village de Chicago, también conocido como La Villita. Foto: Miranda Davis / Bloomberg.

(Bloomberg) — El segundo corredor comercial más concurrido de Chicago es una zona típicamente bulliciosa llena de taquerías y tiendas de comestibles mexicanos en la parte suroeste de la ciudad. El lunes por la tarde lucía más como pueblo fantasma.

Durante el fin de semana se había corrido la voz de que la ciudad podría ser el objetivo de posibles redadas de inmigración después de que el presidente Donald Trump asumiera el cargo, lo que generó ansiedad entre los residentes y los dueños de negocios por igual. El discurso inaugural de Trump y sus alardes de tomar medidas enérgicas contra los inmigrantes solo aumentaron el miedo, mientras que el clima gélido también mantuvo a la gente en sus casas.

El tráfico peatonal en el tramo de 3,2 kilómetros de la calle 26 en el barrio de Little Village, también conocido como La Villita, se desplomó. Según algunas mediciones, el descenso había alcanzado la marca del 50%, según Jennifer Aguilar, que dirige la cámara de comercio local y habló con varios de los casi 400 negocios de la zona.

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“Va a ser desastroso”, dijo Aguilar en una entrevista. “Si hay redadas y la gente tiene demasiado miedo de salir, el impacto durará años”.

Primeras medidas contra la inmigración de Trump

Trump actuó rápidamente el lunes para cumplir con sus promesas de campaña después de su discurso inaugural, al anunciar medidas para poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento y movilizar tropas para intensificar la seguridad fronteriza. Entre las medidas estuvo el cerrar la aplicación CBP One, utilizada por migrantes para cruzar la frontera y solicitar asilo, lo que frustró las esperanzas de muchos que esperaban en México obtener un cita con las autoridades estadounidenses.

La gente camina por la Calle 26 en el barrio de Little Village de Chicago el pasado mes de junio. (E. Jason Wambsgans/Chicago Tribune/Tribune News Service vía Getty Images)

La gente camina por la Calle 26 en el barrio de Little Village de Chicago el pasado mes de junio. (E. Jason Wambsgans/Chicago Tribune/Tribune News Service vía Getty Images) (Chicago Tribune via Getty Images)

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Todo esto ocurrió tres días después de que el Wall Street Journal informara que el equipo de Trump estaba planeando grandes redadas de Inmigración y Control de Aduanas en Chicago a partir del martes, a pesar de que el zar fronterizo, Tom Homan, intentó más tarde restarle importancia, diciendo que estaba revisando los planes.

La tercera ciudad más grande de Estados Unidos ha sido durante mucho tiempo un blanco fácil para Trump, pero Chicago ha estado particularmente en su radar después de recibir a decenas de miles de inmigrantes durante la presidencia de Joe Biden, muchos de ellos trasladados en autobús desde Texas por el gobernador Greg Abbott a ciudades santuario dirigidas por demócratas.

El México del Medio Oeste

El barrio de Little Village, conocido como el “México del Medio Oeste”, está ubicado al suroeste del principal distrito comercial de Chicago. La zona genera más ingresos fiscales al Ayuntamiento que cualquier otro tramo comercial, a excepción de Magnificent Mile, la calle comercial del centro que alberga tiendas de lujo como Saks Fifth Avenue, Rolex y Burberry.

“Hace tres días, el viernes, estaba caminando por el corredor comercial y hablé con un vendedor ambulante que dijo que sus ventas habían bajado un 60%”, dijo Mike Rodríguez, concejal del distrito 22, que incluye a Little Village. “El comercio simplemente ha disminuido, la gente se está quedando en casa, preocupada por: uno, el frío, pero dos, el miedo a toparse con ICE”.

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Chicago y otras ciudades como Nueva York han tenido problemas para sufragar los gastos de alojamiento y alimentación de los inmigrantes. Una operación única de deportación masiva de unos 13 millones de personas costaría al menos US$315.000 millones, estimó el Consejo Americano de Inmigración, advirtiendo que la cifra era “muy conservadora”. Si se extiende en el tiempo, esa cifra podría ser mucho mayor. Y eso sin incluir el impacto económico de que los trabajadores no se presenten y las empresas tengan que cerrar como consecuencia de ello.

“Lugares como Little Village, Pilsen, Chinatown, su contribución a la ciudad es enorme”, dijo Rebecca Shi, directora ejecutiva de la American Business Immigration Coalition. “Cuando los comercios tienen menos afluencia, van a generar menos ingresos. Eso supone menos impuestos para nuestras escuelas, para nuestro sistema sanitario, para nuestra seguridad pública, los departamentos de policía, todo lo que mantiene seguros a todos los habitantes de Chicago”.

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