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Así fue la vez que el papa Francisco sorprendió a un sacerdote mexicano con una llamada en plena misa

La Parroquia de la Asunción de Jalostotitlán, en Jalisco, rindió homenaje al papa Francisco tras su muerte
La muerte del papa Francisco, ocurrida el lunes a los 88 años por un ictus, ha traído a la memoria de muchos fieles y sacerdotes episodios que retratan la cercanía y el estilo pastoral que marcaron su pontificado.
Entre esas anécdotas resurge una escena singular ocurrida en México durante la pandemia de COVID-19: la vez que el pontífice argentino sorprendió con una llamada telefónica en plena misa al sacerdote Miguel Domínguez, párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Asunción, en Jalostotitlán, Jalisco.
La interrupción que se convirtió en una bendición
Aquel episodio, registrado el 19 de mayo de 2020 y difundido a través de las redes sociales de la parroquia, mostró el lado más humano y espontáneo del papa Francisco. Mientras el padre Domínguez leía el Evangelio durante una ceremonia transmitida por Facebook —pues comenzaron a transmitirlas debido a la pandemia—, el sonido inesperado de su teléfono móvil interrumpió la liturgia.
El sacerdote, con expresión de sorpresa, pidió disculpas a los presentes y salió momentáneamente del altar y se dirigió a la zona del confesionario para responder la llamada desde la sacristía.
Minutos después, el cura regresó al templo con el teléfono en la mano, acercó el aparato al micrófono y permitió que los feligreses escucharan la voz del pontífice, sin que éste supera que estaba en el altavoz.
En la breve conversación, el papa, con su característico acento argentino, saludó al sacerdote y le preguntó cómo se encontraba. Francisco comentó: “Creo que todavía aguanto”, cuando el sacerdote le preguntó por su salud.
Domínguez, aún asombrado, respondió: “¿Cómo están sus pulmones?”, a lo que el papa contestó: “Bien, gracias a Dios, muy bien. ¿Qué estás haciendo ahora?”
El cura explicó que en ese momento se preparaba para celebrar la misa, pero el papa insistió: “No, pero vos, ¿qué trabajo tenés?”. A lo que el sacerdote respondió con una sonrisa nerviosa: “Soy párroco en una parroquia de mi diócesis y encargado de cultura, ¿cómo ve?”
Francisco, fiel a su estilo de contacto directo con las personas, pidió que el sacerdote enviara su saludo a los fieles presentes. “La bendición y que recen por mí”, expresó el pontífice antes de despedirse.
El padre Domínguez, visiblemente emocionado, retomó su lugar en el altar y, dirigiéndose a los asistentes, preguntó: “Disculpen. ¿Se oyó? ¿Un poquito? Le damos un aplauso al papa, ¿no? Que se toma el tiempo de llamar y de saludarlos; que nos sintamos fortalecidos con eso”.
La misa continuó después del breve pero significativo intercambio, mientras los presentes aplaudían, aún sorprendidos por el gesto del pontífice. El video, compartido desde la cuenta oficial de la parroquia, acumuló cientos de reacciones y comentarios de fieles que destacaron el momento como una bendición inesperada. Rápidamente el hecho se viralizó a nivel mundial.
Una amistad que nació años antes de la llamada
En mayo de 2020, México y gran parte del mundo atravesaban una de las fases más críticas de la pandemia por COVID-19. Las iglesias permanecían cerradas, las misas se transmitían de manera virtual y las restricciones impedían las celebraciones religiosas presenciales. La llamada del papa se produjo en un contexto de incertidumbre y dolor para millones de fieles que no podían participar en los rituales tradicionales de la Iglesia católica.
Ese mismo mes, el papa Francisco había retomado por primera vez la celebración de misas con fieles en la basílica de San Pedro, luego de semanas en las que solo había celebrado los ritos de la Semana Santa sin la presencia de público. La misa del Vaticano estuvo dedicada al centenario del nacimiento de Juan Pablo II, mientras que en México y en otras partes del mundo los templos seguían bajo medidas de confinamiento.
El sacerdote Miguel Domínguez, párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Jalostotitlán, conocía al papa Francisco desde hacía aproximadamente siete años antes de aquella llamada que interrumpió su misa en 2020. Según relató el propio sacerdote en una entrevista con Telemundo, la relación con el pontífice se había iniciado tiempo atrás por encuentros personales y correspondencia, aunque llevaban casi cinco años sin hablar directamente.
Domínguez recordó que nunca antes había recibido una llamada del papa. Fue tras enviarle una carta que, para su sorpresa, Francisco respondió de manera casi inmediata: “Mucho más pronto de lo que esperaba, menos de dos horas”, explicó el párroco en una entrevista. El sacerdote confesó que, al ver que la llamada provenía de un número desconocido, dudó sobre si debía contestar, pensando incluso en la posibilidad de que se tratara de un intento de extorsión telefónica.
“Obviamente no aparece como Vaticano, jefe de Estado. No me imaginé que fuera él”, comentó Domínguez entre sonrisas. Al responder, escuchó la inconfundible voz del pontífice, quien de inmediato lo saludó con familiaridad, iniciando un diálogo que retomaba el vínculo que ambos habían cultivado años atrás.
El homenaje de Jalostotitlán tras la muerte del Papa
Tras conocerse la noticia del fallecimiento del papa Francisco, la Parroquia de la Asunción de Jalostotitlán, en el estado mexicano de Jalisco, manifestó su pesar y rindió homenaje al pontífice con distintos actos de oración y memoria, reafirmando el vínculo que mantenía con el líder de la Iglesia católica.
En un mensaje difundido en sus redes sociales, la parroquia confirmó la muerte del papa y recordó el momento en que el propio Francisco bendijo una corona destinada a la imagen de la Virgen venerada en su comunidad. La ilustración de ese gesto forma parte de un cuadro conmemorativo local, cuyo fragmento acompañó el anuncio de luto. “Nos unimos en oración por la muerte de nuestro Santo Padre el papa Francisco”, expresó la parroquia en su publicación.
A lo largo del día, la comunidad compartió varias reflexiones sobre el legado del pontífice, destacando su cercanía con los pobres y su mensaje constante de misericordia. “Ha partido hacia la Casa del Padre aquel pastor que, con ternura y valentía, nos mostró el rostro misericordioso de Dios”, señaló la parroquia, citando una de las frases más repetidas por Francisco: “Dios no se cansa de perdonar”.
Además, las campanas de la Basílica Lateranense de Jalostotitlán resonaron como expresión de despedida y oración. Según informaron, el toque de campanas es un signo de duelo, con un eco que describieron como un “suspiro de gratitud y oración”. A las 13:00 horas, las campanas sonaron en todos los templos de la diócesis, como gesto conjunto de homenaje al papa.
En los mensajes difundidos, la parroquia pidió mantener viva la enseñanza del pontífice: salir al encuentro del otro, caminar con los más vulnerables y sostener la esperanza cristiana. “Papa Francisco, descansa en la paz del Resucitado. Tu legado nos seguirá guiando”, concluyó la comunidad en su despedida.
Este homenaje, cargado de símbolos y memoria, reafirmó el lugar especial que la figura de Francisco ocupa en Jalostotitlán, donde será recordado no solo por aquella llamada que interrumpió una misa, sino también por la huella pastoral que dejó en quienes lo consideraron cercano, incluso a la distancia.

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