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Chihuahua

Deuda se “come” presupuesto federal afectando inversión en educación, salud y la producción de granos

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Por: Sandra Dueñes Monárrez.

Chihuahua, Chih., a 13 de diciembre del 2024.- Integrantes del Frente Nacional por el Rescate del Campo Mexicano dieron a conocer que la deuda pública se está “comiendo” el presupuesto federal el cual se tendrá que realizar un ajuste de más de un billón de pesos, es decir de más de 50 mil millones de dólares, lo que afectará rubros como educación, salud, y el campo.

El gasto en servicio de la deuda para 2025 se proyecta en 1.38 billones de pesos, representando el 3.8% del Producto Interno Bruto (PIB) de México. Este monto es mayor que la inversión combinada en salud, educación e infraestructura física y financiera, áreas clave para el bienestar social.

Para el sector salud, se planea asignar 918,447 millones de pesos, una reducción del 11% en comparación con el presupuesto de 2024. En educación, el gasto previsto es de 1.1 billones de pesos, lo que implica una caída del 1.2%. Por su parte, la inversión en infraestructura física y financiera disminuirá un 14%, quedando en 996,914 millones de pesos.

Especialistas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) advierten que priorizar el servicio de la deuda sobre sectores esenciales puede profundizar desigualdades sociales y afectar negativamente el desarrollo económico. Además, el endeudamiento per cápita alcanzará los 138,000 pesos, incrementándose un 10.4% respecto al año anterior.

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El enfoque del gobierno en la consolidación fiscal busca reducir el déficit público del 5.9% del PIB en 2024 al 3.9% en 2025. Sin embargo, los recortes en áreas esenciales podrían tener implicaciones negativas en el corto y mediano plazo para el bienestar de la población.

Este “ajuste” fue calificado por los productores de Baja California, Tamaulipas, Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Jalisco, Guanajuato y Zacatecas como presupuesto desproporcionado, cuya magnitud no se registraba desde la crisis presupuestal de 1994.

Heraclio Rodríguez Gómez líder de El Barzón en Chihuahua comentó que, este recorte dejará sin apoyos emergentes a más de un millón de hectáreas de las zonas de riego del país afectadas por la sequía, en los estados del norte y del centro que soportan la producción nacional de granos básicos.

Además de que se recorta el presupuesto “no se establecen recursos para el pago del programa sembrado el Bienestar y entonces está en riesgo ese rubro aunque haya ya un reconocimiento de la autoridad de ese adeudo”, recriminó el exdiputado federal por Morena.

Esto es una clara evidencia de que la deuda pública se está comiendo el Presupuesto Federal, porque ahí no se le recorta ni un centavo, no hay ni la menor intención del Gobierno Federal de negociar la deuda externa, aunque sea interna o externa, beneficiando con ello a los dueños de los bonos de deuda que el Gobierno ha generado y que son los que ahorita quedándose con la mayor parte del presupuesto.

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Y trayendo como consecuencia una caída vertical en la producción de trigo, maíz, frijol y sorgo, profundizando el deslizamiento de los últimos años y con ello la creciente dependencia alimentaria.

El largo período neoliberal, y su hijo más gordo, el TMEC, subvirtieron el concepto de agricultura nacional, torciéndolo con el epíteto de “agricultura comercial”, para instrumentar esquemas que han terminado por subcontratar y condicionar las regiones de riego del país a los requerimientos de un mercado de exportación controlado por entidades que no tienen interés en que México fortalezca su agricultura y reduzca su dependencia alimentaria; por el contrario ocupan un país dependiente y un mercado subyugado a sus intereses especulativos, expresaron los productores.

Por lo que pidieron a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo rescate y fortalezca el mercado nacional, es decir a los más de cinco millones de hectáreas ubicadas en las zonas de riego, con capacidad para producir granos básicos, protegerlas con precios de garantía, créditos refaccionarios y de avío, para incorporarlas a un plan de metas nacionales de producción, como el que México tuvo a partir del gobierno de Lázaro Cárdenas hasta la presidencia de José López Portillo.

Esto exige que los granos básicos, principalmente trigo, maíz y sorgo, salgan del esquema comercial del TMEC, en perspectiva de una política nacional de precios y de instrumentos arancelarios que los protejan para incrementar la producción y reducir la brecha en la dependencia alimentaria, capitalizando a los productores nacionales.

Asimismo, como acción emergente, se requiere un ajuste al sector financiero, que tan solo por medio del FOBAPROA se pretende llevar 50 mil millones de pesos en pago de servicios. Recursos que para el 2025 se deberían de agregar al presupuesto de la Secretaria de Agricultura en atención a la situación dramática que vive el campo mexicano.

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Estamos frente a una inestabilidad financiera y comercial de proporciones sistémicas, que tiene como epicentro la disfuncionalidad del sistema del dólar, cuyo proceso de desintegración empuja una tensión creciente hacia la guerra en el Sudoeste Asiático y en la Europa del Este. Eventos que contienen la amenaza de una guerra mundial.

En situaciones así, la mayor vulnerabilidad que enfrentan los paises es su dependencia alimentaria de mercados que tienden hacía una vorágine especulativa amenazando con el hambre a las naciones dependientes.

México no tiene porqué continuar como un viajero incondicional de bloques comerciales que le asignan el triste papel de ser proveedor de mano de obra barata y de materias primas, en un formato de características coloniales. Emergen en el mundo agrupamiento de naciones como el BRICS, que marchan a paso firme en la búsqueda de una nueva arquitectura financiera internacional, que comprenda no solo acuerdos de comercio, sino proyectos de infraestructura para incrementar las potencialidades productivas de las naciones asociadas, concluyó.

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