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La historia de la Capilla Sixtina, la sede del cónclave para elegir un nuevo Papa

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El 7 de mayo de 2025, los cardenales se reunirán en el histórico espacio para seleccionar al sucesor del Papa Francisco, un evento de gran impacto para la Iglesia Católica en un momento clave

La Capilla Sixtina, uno de los lugares más emblemáticos del Vaticano y un tesoro del arte renacentista, se ha convertido en un espacio de gran trascendencia para la Iglesia Católica. No solo es famosa por los impresionantes frescos de Miguel Ángel, sino también por su papel fundamental en la historia de la elección papal.

A su vez, el próximo 7 de mayo de 2025, este escenario será testigo de otro momento histórico cuando los cardenales se reúnan en su interior para elegir al sucesor del Papa Francisco, tras su fallecimiento el 21 de abril.

Desde 1492, los cardenales han deliberado entre sus muros, haciendo de la Capilla Sixtina el punto de convergencia entre el arte, la religión y la política. Este año, la Santa Sede se prepara nuevamente para albergar el cónclave que elegirá al nuevo Papa, un evento de vital importancia para la Iglesia Católica y la humanidad en general.

Cuándo se construyó la Capilla Sixtina y quién fue su arquitecto

La construcción de la Capilla Sixtina comenzó en 1473, durante el papado de Sixto IV, quien encargó la edificación como parte de un ambicioso proyecto para embellecer el Vaticano y dotarlo de una nueva capilla ceremonial.

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Fue diseñada por el arquitecto Florentino Giovanni de Dolci, aunque algunos estudios sostienen que también participaron más arquitectos de la época, incluidos Baccio Pontelli y otros colaboradores. El diseño original reflejaba la simetría y la grandeza de la arquitectura renacentista, pero el espacio interior fue concebido para cumplir funciones litúrgicas y ceremoniales.

En cuanto a su estructura, la Capilla Sixtina tiene una longitud de 40 metros13 metros de ancho y 21 metros de altura, una proporción que la hace única y espectacular. Los muros laterales se apoyan en arcos y contrafuertes para aportar estabilidad a la estructura, mientras que el tejado de dos aguas, que cubre la monumental bóveda interior, se sostiene gracias a un sistema de vigas de madera.

Este espacio fue destinado a la oración y las celebraciones papales, pero pronto se transformó en el epicentro de uno de los rituales más importantes de la Iglesia: el cónclave papal. La importancia histórica y religiosa de la capilla no solo se debe a su impresionante arquitectura, sino también a su profunda conexión con la fe y la tradición del catolicismo.

Por qué se elige este lugar para los cónclaves papales

La capilla fue elegida para albergar los cónclaves papales desde 1492, con solo unas pocas excepciones. Esta decisión responde tanto a razones prácticas como simbólicas:

  • Significado histórico y religioso: es un lugar de gran importancia simbólica dentro del Vaticano. Su historia y su conexión directa con el papado la convierten en un lugar significativo para la elección del nuevo papa.
  • Privacidad y seguridad: su ubicación dentro del Vaticano ofrece un entorno controlado, lo cual es crucial para mantener la confidencialidad y seguridad del proceso de elección.
  • Tradición: la celebración del cónclave en la Capilla Sixtina se ha convertido en una tradición establecida desde 1492, reforzando su importancia como lugar de elección papal.
  • Espacio apto para el proceso: la capilla tiene el tamaño adecuado y la disposición necesaria para albergar a los cardenales y las actividades formales que se desarrollan durante el cónclave.

Además, a lo largo de los siglos, se ha considerado esencial que los cardenales puedan elegir en secreto, sin influencias externas que puedan alterar el proceso de elección.

La tradición de celebrar los cónclaves en este espacio fue reafirmada por el papa Juan Pablo II, quien destacó que la capilla “contribuye a hacer más viva la presencia de Dios”, y ha sido utilizada para todas las elecciones papales, salvo unas pocas excepciones, como los cónclaves que se celebraron fuera de Roma por diversas razones.

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Qué obras de arte alberga y qué simbolismo tienen durante la elección

La Capilla Sixtina es conocida no solo por su arquitectura, sino por los impresionantes frescos que decoran sus paredes y techo, siendo las obras de Miguel Ángel las más destacadas. Sus intervenciones transformaron la capilla en un verdadero museo del Renacimiento, destacándose por su maestría y su contribución al arte de la época.

El techo de la Capilla Sixtina: los frescos de Miguel Ángel

La bóveda de la capilla, pintada por Miguel Ángel entre 1508 y 1512, es probablemente una de las obras más impresionantes jamás realizadas en el arte occidental. En ella, el artista representó escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, entre las que destacan:

  • El Juicio Final: pintada por Miguel Ángel entre 1536 y 1541, este fresco cubre la pared del altar y representa la segunda venida de Cristo y el Juicio Final, donde se distingue entre los justos y los condenados. Cristo preside como el juez final, simbolizando el juicio divino y el destino eterno, lo que recuerda a los cardenales la importancia de su decisión.
  • La Creación de Adán: esta escena emblemática muestra a Dios extendiendo su dedo hacia Adán, simbolizando la creación de la humanidad y la conexión entre lo divino y lo humano, reflejando la creencia cristiana de que el hombre fue creado a imagen de Dios.
  • El Diluvio UniversalLa Embriaguez de Noé: representa la devastación del diluvio y el esfuerzo de Noé y su familia por sobrevivir, ilustrando la justicia divina y la necesidad de arrepentimiento.
  • La Embriaguez de Noé: retrata a Noé en un momento de debilidad tras el diluvio, simbolizando la fragilidad humana y el hecho de que, incluso después de ser salvado por Dios, el hombre puede caer en pecado.

El techo de la capilla también incluye figuras de los profetas y sibilas, figuras bíblicas y mitológicas que anunciaron la venida del Mesías, creando un puente entre

Los frescos de las paredes: Moisés y Jesucristo

Las paredes de la Capilla Sixtina están decoradas con escenas de la vida de Moisés y Jesucristo, pintadas por varios artistas renacentistas, incluyendo a Sandro BotticelliPietro Perugino, y Domenico Ghirlandaio. Estas escenas, que datan de 1481 y 1482, siguen un patrón simbólico. En el lado de Moisés se representan episodios como:

  • La Tentación de Moisés: Moisés luchando con el pecado y la adversidad.
  • La Liberación de los Israelitas: Moisés guiando a su pueblo hacia la Tierra Prometida, un acto de salvación que conecta con el concepto cristiano de liberación espiritual.

Por otro lado, las escenas de Jesucristo incluyen su entrega de las llaves a San Pedro, que subraya el poder papal y la autoridad espiritual de la Iglesia, el fundamento sobre el cual los cardenales eligen al nuevo Papa.

Los papas de la capilla

A lo largo de la Capilla Sixtina también se encuentran retratos de los papas que han presidido la Iglesia a lo largo de la historia. Ubicados sobre las ventanas de la capilla, sirven como recordatorio de la continuidad y la tradición de la Iglesia, desde los primeros pontífices hasta los más recientes.

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