El Banco Mundial baja 4 décimas la previsión de crecimiento global en 2025 por los aranceles

Por: La Redacción.

Ciudad de México., a 10 de junio del 2025.- El Banco Mundial (BM) rebajó cuatro décimas, hasta el 2,3 %, su previsión de crecimiento de la economía global para 2025 ante el impacto de la guerra comercial, un conflicto que afectará especialmente a EE.UU. entre los países desarrollados, con un recorte en sus perspectivas de nueve décimas.

Sin contar las recesiones globales, el crecimiento previsto sería el más bajo en 17 años (desde 2008), según subraya el Banco Mundial en su informe de perspectivas globales publicado este martes.

El aumento de las tensiones comerciales y la incertidumbre normativa han llevado al Banco Mundial a reducir las previsiones de crecimiento para casi el 70 % de las economías.

Para 2026, el organismo espera que la economía mundial crezca un 2,4 %, tres décimas por debajo de su anterior pronóstico.

El Banco Mundial no prevé una recesión global, pero destaca que, si se cumplen las previsiones de los próximos dos años, el crecimiento mundial promedio en los primeros siete años de la década será el más lento de todos los decenios desde los años sesenta.

El texto señala que el ritmo medio de crecimiento del comercio global se ha ralentizado aún más por el conflicto arancelario desatado por Washington y se sitúa en esta década en el 2,6 %, la mitad que hace veinte años.

La caída de la inversión ante la incertidumbre comercial hace pensar al BM que EE.UU. crecerá este año un 1,4 %, nueve décimas menos de lo previsto en enero.

Para 2026, espera un crecimiento del 1,6 %, con un recorte de cuatro décimas.

La zona del euro y Japón crecerán un 0,7 % en 2025, tres y cinco décimas menos, respectivamente, que en la anterior previsión.

En 2026, lo harán un 0,8 %, con rebajas de cuatro décimas (eurozona) y de una décima (Japón).

El informe subraya que los países pobres «sufrirán más» porque a la ralentización global se suma su menor capacidad para disminuir la brecha en materia de PIB per cápita con las grandes economías en un panorama marcado por un incremento acelerado de su población, por el empeoramiento de sus balanzas fiscales y por el abaratamiento de las materias primas.

En esta situación, el BM considera que en 2027 el PIB per cápita de las economías desarrolladas retornará a los niveles previos a la pandemia. Por contra, las más pobres aún registrarán una caída del 6 % respecto a 2019.

«Con la excepción de China, estas economías podrían tardar unas dos décadas en recuperar las pérdidas económicas de la década de 2020», destaca el texto. A China se le anticipa este año un avance de su PIB del 4,5 % y del 4 % en 2026, sin cambios respecto a enero.

El Banco Mundial prevé que este año el crecimiento en Latinoamérica y el Caribe será el más bajo entre todas las regiones emergentes y en desarrollo, con un avance del PIB conjunto del 2,3 %, dos décimas menos de lo calculado en enero.

«El problema es la diferencia en PIB per cápita», apuntó en una conferencia telefónica el economista jefe del Banco Mundial, Indermit Gill, quien subrayó que, «más allá de Asia, las regiones en desarrollo están ahora mismo desprovistas de desarrollo».

El informe destaca que el crecimiento del empleo continúa estando por debajo de los altos niveles de incremento de la población en regiones como África u Oriente Medio.

No obstante, Gill precisó que la actual tendencia puede solventarse con un nivel de daño «limitado» si se activan buenas políticas, empezando por las que afectan al comercio, y que, si se hace de manera ágil, se podría «ver crecimiento (global) en la segunda mitad del año».

Sanear los balances fiscales y acelerar la creación de empleo son nuevamente dos de las tareas pendientes para mejorar la salud de la economía global de las que habla el Banco Mundial, cuyo informe destaca como labor más acuciante la reconstrucción de las relaciones comerciales.

En ese sentido Gill, apuntó que las reglas del comercio mundial «deben actualizarse», que la mayor liberalización comercial no debe darse solo con EE.UU., sino también con otros países, y que las conversaciones sobre aranceles son solo un «punto de partida» al que deberían seguir negociaciones sobre las barreras no arancelarias o los tipos de cambio.

Con información de EFE.